LA INSPECCIÓN TÉCNICA OCULAR

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Una actividad que requiere mucho es­fuerzo y un arduo procedimiento sistemático, es la que demanda la labor de la inspección técnica ocular dentro de una investigación criminal, puesto que resulta un trabajo complejo de mucha agilidad mental en la toma de decisiones en una serie de actividades sistemáticas alineadas con la observación, descripción, explicación, y la probabilidad que engloba dentro la criminalística esta inspección.
Es conveniente mencionar que lo más importante en el lugar del suceso criminal es establecer que se utilicen a cabal los sentidos, empezando por la vista, seguido por el olfato, el oído y en último término lugar el tacto, los cuales jugarán un papel muy impor­tante para el manejo y recolección de los indicios.

Con respecto a los sentidos es  imprescindible apuntar al más importante como lo es la observación, ya que puesta en marcha en la criminalística en el lugar de los hechos consiste en el ejercicio mental activo, minucioso, com­pleto y metódico que desprende del propio lugar donde lo realiza el inves­tigador, cuya finalidad es descubrir todos los elementos o evidencias físicas (indicios u otro aspecto material) que establecerán la relación que guardan entre sí y con el suceso el cual se investiga, en este sentido de una buena observación minuciosa se establecerá no solo una impecable percepción analítica de indicios recabados, además ayudara a una completa descripción escrita a lo que se lo de­nomina como  la acta de la inspección ocular.  

Por otra parte, un soporte adicional que favorece a la observación e impulsa a una cooperante labor dentro de la inspección técnica ocular es la fotografía, en vista que en el sitio de los hechos puede sufrir cambios significa­tivos alterando a una escena conforme la intervención del personal con el pasar  del tiempo, o bien sea por la acción de factores naturales, como la lluvia; o a consecuencia de la intervención de personas ajenas a la investigación que generen algún tipo de alteración a las evidencias, concretamente la fotografía dejara fijada situaciones establecidas en los elementos que serán percibidos mediante la observación, sumado que a este recurso se podrá acudir para el análisis cuanta veces así se lo requiera.

Así pues, las imágenes tomadas sirven para una elaboración de las correspondientes diligencias policiales, al mismo tiempo que para el acta de la inspección técnica ocular, como para la elaboración correspondiente al informe pericial, quedando así registradas y referenciadas afianzando a la investigación a disposi­ción de la competente autoridad judicial, de esta forma el registro fotográfico contribuye al esclarecimiento del hecho y la investigación criminal.

Es así que, la observación es el accionar fundamental en la inspección ocular a consecuencia que desarticula elementos visuales que permiten alcanzar un esclarecimiento de los hechos que sumado a ello se inclina a mirar ciertas variables o simple­mente recrear por este sentido, así pues,  la observación siempre deberá ser sistemá­tica y llevar consigo un procedimiento,  lo que cual  podría significar  un hábito espontaneo por parte de quien realiza la labor de la inspección llegando a ser  labor innata  pero con demanda de concentración de lo que se observa cuyo resultado descriptivo se plasmado en acta  escrita por medio  del proceso mental del  investigador que realice la inspección.

En suma, de una apropiada inspección ocular derivada de una correcta y minuciosa observación se llegará a la identifica­ción de cualidades o elementos relevante que se observen de un objeto o de una situación donde lo descrito pormenoriza así una situación del como pudieron ocurrir los hechos, establecidos ya sea por medio de lo visualizado directamente o por el registro fotográfico de la escena del hecho.

Bibliografía

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